El cuarto de atrás de Carmen Martín Gaite

Carmen Martín Gaite (1925-2000) escritora española icónica del siglo XX (perteneciente a la denominada Generación de los 50), profesora de universidad y traductora. Escribió novela, cuento, poesía, drama y guiones cinematográficos.

Entre los numerosos premios que obtuvo se encuentran:

• Premio Nadal por su novela Entre visillos en 1957,
• Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Narrativa por su novela El cuarto de atrás en 1978
• Premio Príncipe de Asturias de Las Letras Españolas en 1988.

El cuarto de atrás

Publicada en 1978. El tema de la soledad está presente desde las primeras páginas, mientras el personaje recupera su pasado. El recuerdo sirve también para otras ensoñaciones fantásticas. Una voluntaria ambigüedad no permite señalar los límites entre la realidad y la fantasía. La ambientación corresponde al domicilio de la protagonista.

La narradora, que es escritora, cuenta con espontaneidad las vivencias más elementales de su vida personal como respuestas a un hombre vestido de negro que la visita para interrogarla sobre su pasado y su actividad creadora.

Evoca la infancia y la adolescencia y las actualiza. Pretende desahogar su intimidad con un interlocutor que no es el lector, sino su hija, su imaginada hija. Habla con ella con el pretexto literario de una noche de insomnio en la que recibe la visita de un misterioso hombre de negro, interlocutor necesario para que surja con naturalidad la confidencia, visitante que le ofrece una píldora, y además le regala la caja dorada que la contiene. Luego mantiene una conversación con un extraño sujeto, y después otra telefónica con la amante de aquel. Antes de quedarse dormida en el sofá se desencadena una tormenta. El viento abre el balcón y los folios vuelan por el cuarto. A las cinco menos diez llega su hija y la encuentra dormida, y todo parece estar en orden. La escritora no recuerda nada. Todo queda reducido al ensueño. Ambas se acuestan.

Los asuntos todos ellos en la cotidianidad, son la posguerra española, las situaciones conocidas, los sentimientos, la lucha interior. La realidad viene expresada según el objetivismo de los años cincuenta, la fantasía no es ajena a los gustos del lector y el hombre de negro, que conoce de la narradora los detalles más íntimos aunque ella nunca lo ha visto.

Junto a lo entrañable y cotidiano, aparece lo misterioso. Mientras desde su interior desnuda su pasado, su vida actual se rodea de misterio, de miedos, de impresiones inesperadas. En esa lucha interna están los planos tan superpuestos que el lector se pregunta si no existe realmente ese hombre de negro, extraña voz de la conciencia, un abogado del diablo.

Se percibe la ruptura de la linealidad, un gusto por párrafos largos y el dominio de los monólogos.